Para el cumpleaños de mi hermano y, una vez superada la prueba de la primera tarta con fondant, preparé esta pista de tenis de Wimbledon. La fiesta fue sorpresa y la tarta también. Nadie se atrevía a cortarla y tuve que ser yo la que distribuyera porciones de Wimbledon. El bizcocho fue, como en la anterior, red velvet, cuya receta original se atribuye al Hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Para quien no lo haya probado, el sabor es una combinación de cacao y vainilla, muy jugoso y acompañado de una crema de queso y mantequilla. La receta del bizcocho es de El rincón de Bea. Las flores de alrededor son bizcochitos de naranja. Los hice en parte para estrenar el molde que me envió Loli desde Alemania, y en parte para contentar a aquellos a los que no les gustara el red velvet.
Una novedad para los más golosos, entre la galleta y la pasta de té, que no deja indiferente a nadie. La sabia combinación del chocolate blanco con las nueces de macadamia echará por la borda tu operación bikini. Bueno, quizá no tanto, pero es difícil comerse sólo una. La receta, de Ma Petite Boulangerie.
La tercera especialidad de la casa son las galletas de limón. Estas delicadas galletas de mantequilla con intenso aroma a limón enganchan sin remedio. Parece que piden un té que las acompañe... La receta es de byluch, por si alguien se anima.
Tras un ensayo después de visionar todos los tutoriales sobre fondant que pude resistir, preparé esta tarta para darle una sorpresa a Vanesa, que soñaba con una de estas tartas desde 1996 (año en que volvió de los Estados Unidos y cuya historia dejaremos para otra ocasión). Con la información de que, además, su bizcocho favorito es el "red velvet", investigué en el rincón de Bea para dar con la receta perfecta. La tarta no sólo llevaba sus colores favoritos, sino que, además, ¡estaba buena! O eso dicen.
Gracias por el apoyo moral y la ayuda amasando fondant de mi cuñada Rebeca, en el ensayo, y de mi amiga Susana (y promotora de la idea) en mi primera tarta fondant (chispas).
Muy nutritivas, saciantes y equilibradas, ideales para el desayuno o la merienda y poco grasas, estas galletas lo tienen todo. Además del aporte de fibra, la avena contiene 6 de los 8 aminoácidos esenciales, vitamina B1, E, B2 y calcio, hierro, zinc, fósforo y magnesio en grandes cantidades, grasas saludables y ácido linoléico. Sus hidratos de carbono proporcionan energía durante mucho tiempo y evitan el aumento de apetito.
He aquí una alternativa a los cereales con leche y las galletas más solicitadas después de las de arándanos y avellana. La receta también es de Directo al paladar.
Estas tentadoras galletas tienen un éxito arrasador. La ligera acidez de los arándanos hace que no sean excesivamente dulces y las avellanas aportan un punto crujiente y aromático que las hacen irresistibles. La receta original, de Directo al paladar, lleva cerezas deshidratadas, pero como son algo difíciles de encontrar las sustituí por arándanos. También podemos hacerlas con otros frutos rojos deshidratados.
